NUTRICIÓN SALUDABLE

¿Has oído hablar de la dieta alcalina?

Es una alimentación que se basa en comer alimentos que tengan un pH alto o que ayuden a nuestro cuerpo a subir el pH. Así, nuestro cuerpo afronta mucho mejor las enfermedades. Por tanto, si alcalinizamos el cuerpo, y aumentamos el pH corporal, conseguimos estar más fuertes y protegidas. Esta dieta no se basa en cómo saboreamos los alimentos, es decir, el limón es ácido según nuestra boca, pero es alcalino cuando entra en nuestro cuerpo. Mientras que el azúcar es dulce, pero tiene efecto acidificante en nuestro cuerpo.

Un ácido es una sustancia que produce efecto corrosivo por el mecanismo químico de cesión de iones. Una base o álcali protege de los ácidos.

La medida del grado de acidez o alcalinidad de una sustancia es el pH y va de 0 a 14. El pH 7 es el equilibrio entre ambas: el “pH neutro”. Nuestro organismo funciona mejor en un pH sanguíneo ligeramente alcalino, de 7,39. Por debajo de 7 vamos hacia la acidosis y, por encima de 7, hacia la alcalinización. La enfermedad aparece cuando nuestro cuerpo está en acidosis.

La dieta alcalina propone incluir el 80% de alimentos alcalinos o alcalinizantes y un 20% de alimentos neutros o ligeramente acidificantes.

¿Qué pasa cuando tu cuerpo es más ácido? O sea, ¿tiene acidosis?

Los alimentos que aportan ácidos sobrecargan los órganos encargados de su eliminación: piel, riñones y pulmones. Entonces, pueden aparecer eccemas, urticaria, prurito, enrojecimientos de la piel, micciones dolorosas, cistitis, uretritis o infecciones respiratorias.

La acidosis también produce desmineralización debido a la utilización de sustancias básicas de los tejidos para neutralizar los ácidos. El cuerpo usa las sales básicas de calcio del hueso para neutralizar la acidosis. Por eso, pueden aparecer alteraciones en los huesos, dientes, inflamación de articulaciones, canas, pérdida de cabello, uñas frágiles, piel seca y encías sensibles.

Las personas acidificadas pueden presentar frío, hipotensión, hiperreactividad, con tendencia a las crisis de hipoglucemia, debilidad del sistema inmune y aparición de infecciones de repetición.

Beneficios que te aporta la dieta alcalina:

• Mejora el rendimiento deportivo, porqué es nutritiva y depurativa.

• Mejora la digestión. La dieta incluye el consumo de verduras y hortalizas con fibra y enzimas digestivas que mejoran los procesos digestivos.

• Aumenta la energía. Esta dieta incrementa el consumo de alimentos nutritivos y ricos en vitaminas y minerales esenciales.

• Depura el organismo. Gracias a los alimentos diuréticos y ricos en fibra, se consigue eliminar residuos y toxinas acumuladas de forma más regular.

¿Cómo planificar tu dieta alcalina?

Lo importante de esta dieta es que la mayor parte de alimentos que tomes sea alcalina y que el resto de alimentos sea de poca acidez o neutros. Además, se recomienda el ejercicio físico para contar con un óptimo estado de salud, dejar el tabaco, intentar llevar una vida emocionalmente equilibrada y unos hábitos de vida saludables.

Alimentos alcalinos: verduras y hortalizas verdes, brócoli, espinacas, perejil, germinados, pepino, castañas, limón, plátanos, aguacate, almendras, patata, algas, remolacha, zanahoria, almendras y nueces de Brasil, aceitunas negras, aceite de oliva de presión en frío, sal, algas, hierbas y especias verdes, aceite de coco, jengibre, ajo.

Alimentos ácidos: la carne roja, de pollo, de cerdo, huevos, pescado, marisco, lácteos, setas, chocolate, café, té y alcohol, bebidas azucaradas y productos con azúcares refinados, quesos (los más curados son más ácidos que los frescos), grasa animal, algunas grasas vegetales (cacahuete, aceites refinados, grasas trans), cereales (especialmente los refinados), alimentos a base de cereales (pasta, pan, galletas, bollería), frutas dulces, yogur, vinagre, miel, huevos, pescado.

Alimentos neutros: pescado salvaje, amaranto, mijo, garbanzos y judías pintas, y frutas como melón, nectarina, ciruela, sandía, manzana, albaricoque, plátano, arándanos, uvas, naranja, mango, melocotón, frutos secos como anacardos, nueces y avellanas, así como arroz y pasta integral, aceite de girasol y uva.

Recuerda que somos lo que comemos y, que el cuerpo humano es una fábrica química perfecta. Normalmente se encuentra perfectamente calibrada para la conservación de la vida y de la “homeostasis” a través del trabajo en equipo de las células.

Si deseas alcalinizar tu vida aún más, éstos son algunos hábitos que pueden ayudarte:

Hábitos acidificantes: una comilona o los excesos navideños, la abundancia de azúcar, productos lácteos, alimentos procesados, harinas refinadas, bebidas gaseosas, los medicamentos, las prisas, el estrés, pasar mucho tiempo en ambientes cerrados, los viajes, dormir mal, el malhumor, el nerviosismo y el sedentarismo…

Hábitos alcalinizantes: comidas tranquilas con ensaladas y fruta fresca, ejercicio físico regular, excursiones a la Naturaleza o al bosque, meditar, yoga, alimentos ecológicos, quedar con los amig@s, los hobbies, el placer y la risa.

¿Cuál es el paso más pequeño que te atreves a dar para empezar a cuidarte?

Tal como nos aconseja el Dr. Mario Alonso Puig, si queremos cambiar algo en nuestra vida, lo mejor es empezar por algo muy pequeño. ¿Cuál es el paso más pequeño que me atrevo a dar para empezar a cuidar mi dimensión física, mental o el alma? No nos damos cuenta del gran cambio a largo plazo que producen los pequeños cambios que realizamos ahora.

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Y, como dice Borja Vilaseca, no creas nada de lo que te digo. Experiméntalo, y decide por ti misma lo que es mejor para ti.

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